miércoles, 9 de noviembre de 2011

CONTEXTO HISTORICO

[1]La pedagogía, entendida como reflexión sobre la educación, nació en la antigua Grecia. Comprendida
como teoría sistemática de la educación desde las ciencias, nació con estas, en la modernidad junto con
la didáctica, que busca responder al ¿Cómo educar? Son frutos de la racionalidad moderna que nace en
el Renacimiento europeo. La educación se piensa a sí misma, entonces, como posibilitadora del proyecto moderno, del proyecto de la cultura occidental que privilegia la razón sobre la emoción. Por ello, propone fundamentalmente como sustancia para la educación los contenidos racionales: las ciencias, y como prácticas educativas de relieve, aquellas que conllevan el ejercicio de la racionalidad. Oigámoslo en las voces de varios pensadores:

Salcedo y Pérez (2002), educadores, comentan:
La cultura occidental no sólo le ha dado prioridad a la razón sobre las emociones – que han sido tenidas como perturbaciones y obstáculos – sino que además ha magnificado una concepción única sobre ella: la episteme o ciencia que revela las verdades objetivas del mundo real. (Salcedo y Pérez, 2002, p. 63).

Por su parte el psicólogo Jaime Yáñez (2004) señala:
Una razón que pretende describirse como liberada de todo vínculo con lo contingente, se propone a sí misma de acuerdo a cualidades trascendentales, abstractas, universales, autónomas, etc. Todo pensamiento que no coincida con estos supuestos, sería interpretado como “juicio valorativo” y habría de ser despreciado y estigmatizado con toda clase de epítetos y anatemas. Lo animal, lo salvaje, lo primitivo, lo afectivo, lo ideológico, lo mágico, lo concreto, lo religioso, lo heterónomo, serán los adjetivos que se emitirán cuando se trate de identificar las formas de ser diferentes y opuestas al pensamiento ilustrado (p. 146).

Creo no forzar al autor si agregamos a esta lista el término “subjetivo”, que para nosotros se ha convertido en sinónimo de “relativo”, de “blando”, de conocimiento inseguro que invita al escepticismo. Por eso preferí las expresiones sujetual y sujetualidad, que nos hacen dirigir nuestra atención hacia el sujeto.

Inicio indagando acerca de las relaciones entre la cultura y el sujeto gracias a la mediación educativa, que incluye discusiones filosóficas, psicológicas y pedagógicas en torno a la influencia de factores como la naturaleza, la cultura y la voluntad en el desarrollo, entendido como libertad, de cada ser humano. Aquí se pone sobre la mesa la cuestión acerca de si el papel de la educación es el de la reproducción del orden social o el de su transformación, pero en particular se asume una postura respecto del sujeto eclipsado por la racionalidad y acerca de cómo hacerlo regresar, cómo recuperar la sujetualidad para el sujeto. Por eso se propone repensar la educación y la cultura desde la perspectiva del sujeto y para ello se hace un breve recorrido por la historia de la educación hasta la Modernidad que  sirve como abrebocas a la presentación de algunos modelos pedagógicos modernos. Vale la pena entonces indagar respecto de este problema: ¿Cuáles son algunos de los desafíos que la afectividad, comprendida como núcleo del sujeto, plantea a la formación integral en la postmodernidad? Para responder esta pregunta se acudirá a una lectura hermenéutica y crítica de algunos textos pedagógicos modernos, escogidos dentro de cinco modelos pedagógicos generales siguiendo tres taxonomías diferentes, para, desde allí, hacer algunas propuestas a la educación en la postmodernidad.





[1] SERGIO TRUJILLO, Pedagogía de la Afectividad.
  Pontificia Universidad Javeriana Bogotá, Colombia
  http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/1390/139012667004.pdf



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