miércoles, 9 de noviembre de 2011

ALGUNAS APROXIMACIONES A LA COMPLEJIDAD DEL AFECTO

[1]Asumir la afectividad como núcleo del sujeto exige una mirada detenida. Aquí nos basamos en las orientaciones de Álvaro Jiménez Cadena S.I. (1998), acerca de la afectividad – que es una sola - para distinguir (pero no separar) tres subdimensiones: las emociones, los sentimientos y el ánimo. Se presenta cada una de las subdimensiones del afecto, con sus respectivas características y mostrando algunas implicaciones que de ellas se derivan para la pedagogía.

Luego de definir cada una de estas tres subdimensiones y algunas relaciones entre ellas, se enuncian algunas conclusiones parciales: - De la afectividad emerge la conciencia de sí y del devenir, pues es el flujo mismo de la vitalidad que aporta a la personalidad su unidad y la vivencia de la propia continuidad.
A partir de la afectividad, por procesos de diferenciación y organización, son posibles la acción y la razón (el conocimiento).
 
 El ánimo es el núcleo de la afectividad, la almendra de la pepa, y está tejido con los sentimientos y las emociones, influyéndose mutuamente.
- Las emociones pueden condicionarse y manipularse a voluntad de quien las condiciona.
- Los sentimientos pueden ser objeto de educación en tanto son procesos psicológicos superiores, que se entreveran, en la voluntad, con el pensamiento abstracto.
Los proyectos personales o compartidos viabilizan el desarrollo de los sentimientos.
- Para acceder al ánimo con propósitos pedagógicos se requiere del discernimiento, el cual permitirá distinguir emociones de sentimientos y reconocer el fondo afectivo de la vida, la esencia misma del existir humano y por tanto requiere de la formación integral.



[1] Sergio Trujillo García Objetividad y Sujetualidad: Una perspectiva del debate epistemológico en psicología
p.12 – 23
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/1390/139012667004.pdf

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